sábado, 16 de enero de 2021

  Reseña de obra Mío Cid


El Cantar de Mío Cid trata el tema del honor, un valor de gran importancia para la gente de la época. La necesidad de recuperar la honra perdida es lo que da impulso a las hazañas acometidas por el héroe. 


Ficha Técnica

Autor: Anónimo.

 Año de Publicación: Año 1200.

 Número de Versos: 3725 versos anisosilábicos.

 Idioma: Castellano Medieval.

 Resumen de la Obra

1.               Contexto

La Edad Media constituye un periodo histórico que comprende desde la caída del Imperio Romano hasta la toma de Constantinopla (476d.c. a 1453). El Medievo es un momento histórico euroasiático, en ambos eventos antes señalados son hombres del este, específicamente musulmanes, los repercuten importantemente en los países de estos continentes.

La España medieval del siglo XI es invadida por los árabes, la península ibérica se encuentra dividida en dos, en el norte por reinos cristianos y el sur con amplio dominio árabe.

El protagonista del Mío Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, nace en el Reino de Castilla gobernado en ese entonces por Fernando I de León. Al morir este último, queda como rey su hijo Sancho II, el cual fallece poco tiempo después de haber tomado posesión; en un hecho un poco confuso, dejando la corona en manos de su hermano, el Rey Alfonso VI.

Alfonso VI para ser proclamado rey, se vio obligado por unos caballeros  entre los cuales estaba el Cid, a jurar de no haber participado en la muerte del Rey Sancho II; y es este juramento un tanto obligado, por el cual el rey Alfonso VI decide desterrar al Cid de su reino, ante la humillación por la que fue objeto.

Es este último suceso el que desencadena toda la historia que se cuenta en los cantares que componen esta obra, la cual pertenece al llamado Mester de Juglaría, la cual era cantada por los juglares tanto en plazas públicas como en castillos.

 

 

 

2.             Contenido

El primer cantar es el de Destierro, en el cual se cuenta que el Rey Alfonso VI le da nueve días a Rodrigo Díaz de Vivar el campeador, para que abandone las tierras que componen el Reino de Castilla. En este destierro el Cid no va solo, se encuentra acompañado de sus más fieles vasallos y familia, los cuales en el avanzar de su camino llegan a Burgos; donde por ordenes del Rey nadie les ofrece posada, es una niña de nueve años quien les comunica el temor de los habitantes de esta población frente a la orden real para negarles la ayuda. El Cid se entristece ante esta situación, y a escondidas acude a unos viejos amigos judíos para que le presten dinero y así poder abastecerse de víveres que les acompañen en el viaje, ya que se encuentra empobrecido al haber sido despojado por el reino de todos sus bienes. El Cid es un hombre religioso, en todo momento invoca a dios para que lo acompañe en su travesía, motivo por el cual antes de abandonar Burgos promete  a las afueras de su catedral, mil misas en el altar de la virgen. Continuando su camino el Cid llega a Cardeña, reuniéndose con su esposa e hijas, promete regresar por ellas, dejándolas en compañía de monjes amigos de él. A su paso, el Cid va reclutando caballeros, quienes al conocer la valentía y honorabilidad de Díaz de Vivar se unen a su destierro.

Comienzan las batallas y conquistas por parte del Cid junto a sus vasallos, se introduce a tierras gobernadas por moros, específicamente dentro del reino de Valencia. Los botines son cuantiosos, y el Cid como hombre justo reparte las ganancias entre todos sus acompañantes. Conforme obtiene la victoria sobre sus adversarios moros, el Cid envía presentes al Rey Alfonso VI como prueba de la hazaña y como parte de agrado para conseguir el perdón. El cantar del destierro termina con la batalla del Cid y sus vasallos contra el conde de Barcelona, el cual al ser vencido, decide ponerse en huelga de hambre; el Cid siendo compasivo, le promete al Conde respetar su vida si cambia de actitud. La riqueza del botín que se obtiene en eta lucha es tan grande que no se puede contar.

El segundo cantar hace alusión a las bodas de sus hijas, pero mucho antes de que este suceso aconteciere, el Cid entra a Valencia; acorralando la ciudad, la conquista.

Rodrigo Díaz de Vivar es proclamado Rey de Valencia, los habitantes lo aceptan, tal vez porque a pesar del despojo tiene un trato cordial y justo con ellos; sus seguidores se incrementaban tanto como sus hazañas de riquezas.

Como en cada victoria, el Cid le mandaba parte del botín al rey Alfonso VI; el Minaya Álvar Fáñez es el encargado de llevar la buenas nuevas al reino de castilla, presuroso llega este último a las tierras de Carrión que es donde se encontraba Alfonso. Minaya cuenta al rey lo acontecido en Valencia y ante ello, el castellano solo tiene muestras de alegría, a tal grado de perdonar a la familia del Cid. En esa reunión se encuentran presentes los infantes de Carrión quienes asombrados por las riquezas adquiridas por el Cid empiezan a interesarse en las hijas de este. Minaya parte rumbo a Valencia con la esposa e hijas del Cid, el cual manda gente a las afueras de esta para recibirlas. Se prepara toda una procesión para la entrada de la familia del Cid, este les da en herencia la ciudad y sus alrededores.

Del otro lado del mar, en Marruecos, el rey árabe Yusuf se encuentra con pesar por la pérdida de Valencia, decidido a recuperarla parte rumbo a esta para enfrentar en una gran batalla contra el Cid.

El enfrentamiento ve la luz, frente a los ojos de su esposa Jimena y sus hijas, el Cid sale victorioso, derrotando a Yusuf y obteniendo un botín muy extraordinario. Como ya era su costumbre, el Cid envía un presente al Rey Alfonso VI. Es en Valladolid donde minaya lo encuentra y le presenta los obsequios enviados. Maravillado por la historia de la batalla contra el rey de Marruecos, Alfonso le pide a Minaya que le diga al Cid que quiere verlo, por lo que fija el plazo para hacerlo y le da al Cid la oportunidad de escoger el lugar de la vista.

El tiempo llega y el encuentro se da, el rey perdona al Cid; y a petición de los infantes de Carrión les solicita la mano de sus hijas, el Cid no muy convencido acepta, y se lleva a los infantes a Valencia al encuentro con sus hijas.

El Cid no acepta del todo el compromiso de casamiento de sus hijas, a las cuales considera muy chicas para hacerlo, por lo que le pide a Minaya que sea el quién en su representación entregue a sus hijas a los infantes de Carrión, quienes no despistaban su interés y ambición por la riqueza acumulada por el Cid.

La señora Jimena y sus hijas ven con buenos ojos el casamiento, ya que consideran que los infantes vienen de buena familia. La fecha de la boda llega y los festejos duran quince días, como se pactó anteriormente, es Minaya quien entrega en el altar a las hijas del Cid. El segundo cantar termina con la despedida del juglar, el cual canta el deseo para que el casamiento sea bueno.

El tercer cantar al cual le corresponde le nombre de la afrenta de Corpes, empieza con la anécdota en la que un león, al parecer mascota de la familia, escapa de su jaula;  el león con su intimidante presencia, provoca el miedo e induce a que los infantes  de Carrión se escondan salvando su vida; ante el asombro de ellos y todos los presentes, la bestia es domada por el Cid.  La acción de los infantes provoca la risa y la burla de todos, estos se avergüenzan de lo sucedido, y es el Cid quien interviene para acabar con la mofa que se hace de sus yernos.

Valencia por su situación geográfica y al ser un importante puerto, es codiciada por muchos; y ante la deshonra de las derrotas de los moros, es otro rey de Marruecos  de nombre Búcar, quien decide invadir Valencia y recuperar territorio. Ante esta afrenta, el Cid decide reclutar a sus vasallos para la batalla, los infantes se intimidan y temen. Ya en el campo de batalla, infante Fernando toma valor y decide ir al frente; cuando toma la iniciativa que comenzar la lucha, este se ve intimidado por un moro, y en vez de confrontarlo frontalmente como debía suceder, huye cobardemente.

El ejecito del Cid gana la batalla, el Cid mata a Búcar y gana la espada de Tizón. El cid victorioso, reparte la riqueza adquirida, incluso sin saber de la cobardía de sus yernos, se siente orgullo de ellos. A estos les empieza a ganar la vanidad y buscan obtener un mejor lugar en la corte de Valencia, siempre bajo la sombra de su suegro. Pero los vasallos empezaron a rumorar el no haber  visto en la batallas a ningunos de los dos infantes, Diego y Fernando, lo cual desato las burlas, motivo por el cual los infantes avergonzados, deciden regresar a Carrión llevándose consigo a sus esposas.

El Cid sentía que no era bueno que sus hijas viajaran a Carrión, presentía malos augurios.  Sin poder detenerlos, parte la comitiva de los infantes y sus esposas hacia Castilla, y en un paraje conocido como Corpes, y una vez quedándose solos con sus esposas, los infantes las maltratan. Doña Elvira y Doña Sol, hijas del Cid, se sienten humilladas ante el actuar de sus maridos, ya que  son abandonadas y despojadas de sus pertenencias. Los infantes de Carrión se sienten orgullosos de lo que hicieron, sienten haberse vengado por las burlas recibidas en Valencia.

Las hijas del Cid son rescatadas y llevadas a Valencia, el Cid frente a la atrocidad por la que pasaron sus hijas le pide al Rey Alfonso VI que convoque a la corte de Toledo para enjuiciar a los infantes de Carrión.

Ante la negativa y el rogar de los infantes para que la corte no se levantara, el rey lleva a cabo el juicio; el cid se presenta y les pide a los infantes que le devuelvan las espadas de Colada y de Tizón, que él amablemente como reconocimiento les dio. El Cid recibe de regreso las espadas y recupera parte del ajuar de sus hijas.  Ahí mismo en la corte, el Cid los invita a batirse en un duelo, con dos de sus vasallos, reto en el cual los infantes salen derrotados.

El Cid una vez que recupero el honor de su familia en la corte y con la victoria sobre los infantes de Carrión regresa a Valencia, y comienza los preparativos de la segunda boda de sus hijas con los  infantes de Navarra y Aragón. Termina el cantar mencionando la muerte del Cid en una pascua, y el juglar implorando el perdón para el Cid y todos lo que lo escuchaban.

3.             Crítica

El Cantar del Mío Cid nos habla de la historia de un Rodrigo Díaz Vivar que busca honrar a su persona y a su familia. Ante el destierro que sufre, confronta la situación y su vida de manera digna, con un crecimiento constante tanto en el plano espiritual como material.

El texto llama al nacionalismo, a luchar por nuestros ideales. La historia comienza retratando la vida de un hombre que conforme avanza la historia lo lleva a terminar como un héroe.

Desafortunadamente el texto comienza sin contarnos que fue lo que sucedió antes, que fue lo que desencadeno el destierro; lo cual sin lugar a dudas acorta un poco la historia tan interesante de la vida de Rodrigo Díaz de Vivar. Sin que lo anterior demerite cada una las historias de batalla que en el se relatan, y que engrandecen el actuar de este personaje. La obra nos deja y habla de valores como la lealtad, la valentía, el amor, la unión y la igualdad. El Cid se muestra como un hombre agradecido ya que a pesar de las riquezas que obtenía como resultado de las victorias, él las compartía con los que lo rodeaban.

En contraparte nos muestra a los infantes de Carrión en su tercer cantar como ambiciosos, interesados, maltratadores y cobardes. Tal vez esta parte de la historia suena como novelesca, ya que caricaturiza un poco las villanías de estos personajes. Claro está, sin minimizar la parte del maltrato que sufren las hijas del Cid. Siempre debe existir justicia para una mujer maltratada y en esta ocasión no fue la excepción.

La película El Cid Campeador de 1961, estelarizada por Charlton Heston y Sophia Loren, cambia algunos elementos del texto original, y le da una interpretación diferente a este. En esta si existe el antecedente del destierro, pero no narra como lo hace el texto, las hazañas de las tantas batallas de dio el Cid, ni del casamiento de sus hijas y mucho menos hace uso de los versos que integran este cantar. Termina siendo una historia comercial y romántica muy al estilo hollywoodense.

 

4.             Conclusión.

Al leer el cantar del Mío Cid, estamos ante la primer gran obra escrita en castellano; una obra medieval que nos habla de la honorabilidad de una persona que enfrenta una dificultad, y de cómo se sobrepone a ella.

Fue Pedro Abad quién nos da la oportunidad de poder leerlo, ya que al escribir el manuscrito de casi cuatro mil versos, nos lleva a los orígenes de nuestro idioma.

Si bien, es una obra típica medieval que retrata la vida de un héroe, de batallas entre moros y cristianos, nos imprime los valores que se acuñaban en la época y que mucho bien nos hacen en cualquier año.

Rodrigo Díaz de Vivar no se dio por vencido, siempre fue leal sin perder su dignidad; siempre agradecido con Dios y con  sus  más fieles seguidores,  además de ser atento y amoroso con su familia.

Desafortunadamente como históricamente se ha recalcado, se perdieron fragmentos de este cantar, sin demeritar el contenido y valor del texto que conocemos en nuestros días; ya que fue este la pauta para se siguieran escribiendo obras grandiosas que enriquecen nuestro idioma.

Las hazañas del Mío Cid sin duda son la antesala de las  vivencias del gran Quijote de la Mancha. Es una lástima no se tenga el nombre del autor original del Mío Cid, ya que no recibe los reconocimientos propios de su obra; pero esta sobresale por sí misma, ha sido y seguirá siendo aplaudida por muchos, a lo largo de los siglos. Por lo que ese escritor anónimo debe estar satisfecho de que su Cid campeador que en buena hora ciño la espada, trascendió las barreras de la literatura universal.

 

 

 

 

Referencias Bibliográficas

Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Cantar del Mío Cid

Recuperado el 13de Enero del 2021 de:

https://www.fnmt.es/coleccionista/especiales/cantar-de-mio-cid

4 comentarios:

  1. Hola Jorge
    Veo que ha hecho un trabajo muy completo. Entiendo la extencion en el debido a la informacion que adquirio al leer el texto y ver la pelicula.
    Por otra parte, comparto con uste que, en efecto, la obra nos permite entender el contexto social de la epoca, que si bien es sabido que no todo lo que en ella cuenta es real, si nos da una dea de los valores de la epoca.


    https://dianacebreros.blogspot.com/

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  2. Hola compañero, su trabajo es execelnte, muy buena narracio, lo descrines muy bien a pesar que es una obra muy extensa de contenido y un poco dificil de comprender.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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